miércoles, 4 de noviembre de 2009

PEQUEÑAS AVENTURAS Y DESVENTURAS DE MI VECINA DEL 5º b. HOY: EN EL CENTRO DE SALUD.

No sé si a alguno de los lectores de este blog le ocurre lo mismo.
A mi vecina del 5º B le da pánico llegar tarde a una cita...y más aún si es cita médica.
Pone el despertador y en lugar de dormir, se pasa parte de la noche en un duermevela, observando las manecillas del reloj.
Cuando ya logra descansar, sueña que tiene que levantarse.



Vale, mejor se lo imaginan.
Esta vez tenía que hacerse un análisis, como se decía antes. UNA ANALÍTICA como el gremio médico nos ha obligado a decir ahora.
Da igual, dígalo como le apetezca.


El caso es que se levantó varias veces durante la noche y no fue al baño hasta las seis o las cinco de la mañana. Esa hora ya le pareció apropiada para realizar el llenado de los botecitos necesarios para la orina.
Necesarios, sí, pero indudablemente poco apropiados si lo que se busca es la esterilidad del contenido.
Y aunque ya sé que entramos levemente en la escatología, vamos a seguir por este camino, si me lo permiten.
Mi vecina la del 5º B, abrió la bolsita de celofán, tomó el vasito de plástico y leyó con atención las instrucciones.
Madre mía, que poco apropiado es el vasito en cuestión.
Tal vez pensado para pacientes varones, pero para una mujer, algo complicado.
El vasito es pequeño, pequeñito más bien.



Pues una vez conseguida la cantidad necesaria, siguiendo puntualmente las instrucciones impresas en la bolsita, es decir, ni lo primero ni lo último de la micción. Viene la parte aún más complicada, hay que llenar los botecitos adjuntos...Delgaditos, muy delgaditos! y ojo, llenarlos hasta una marca que tienen, una debil marca.
Vale, pues entonces se tapan, se preparan para llevarlos en el bolso y a pesar de los pesares, mi vecina se alegra de no tener que llevar un bote de Nescafé o de mermelada de melocotón como tenía que hacer su abuela.
Ahora aún queda la segunda parte, difícil el trasvase del organismo al vasito y del vasito a los botecitos delgados y que no se sostienen por la base.
Díficil pero no imposible.
Y decía mi vecina: Qué les costaría hacer el vasito de otra forma, o facilitar un embudo?
Qué cosas tiene mi vecina, No?

Feliz, contenta, satisfecha de haberlo conseguido y pensando que no ha dormido mucho, que no puede desayunar y que no debe llegar tarde...
Velozmente se dirige al Centro de salud. La fila no es excesiva, las reglas pocas, primero se va a un despachito con los papeles en la mano, se entregan los dichosos botecitos de la orina y allí se recibe un papelito con un número para colocarse en la otra fila, la de la extracción de sangre.
Pero no todo es felicidad. FALTA UN BOTECITO!
De quien es la culpa? De nadie, claro, pero como no se lo entregaron antes... Ahora hay que subsanar la falta.
Le dan otro vasito, una nimiedad para un varón...Un enigma para una mujer.
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Pero mujer, le dicen, no se preocupe, vaya al baño y nos lo llena en un minuto porque el tiempo se acaba!
Díos mío, como lo voy a llenar en estas condiciones y contra reloj?
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Mi vecina la del 5º B, resignada se dirige al baño, con la mirada en el reloj, el bolso, el paraguas, el anorak, los papeles de la analítica y el VASITO ESTRECHO, eso sí, con tapa, EN UNA MANO.
La otra la precisará para...bueno, no expliquemos más. Pueden imaginarse la escena.
Naturalmente no hay colgador en el baño, hay que seguir con todas las pertenencias a mano, y nunca mejor dicho.
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No sufran más... Final cuasi feliz, lo consiguió.
Entregó una birriosa cantidad pero fue aceptada.
Uff, dice que no lo había pasado tan mal desde que de adolescente la multaron por exceso de velocidad cuando intentaba aprender a patinar.

A punto de cerrar, pero llegó, con todos los botecitos etiquetados.
Lo de la extracción de sangre resultó fácil. Claro que ya estaban preparando las neveritas para el transporte y a punto de rechazarla. Menos mal, una sonrisa a tiempo, un estirar el brazo y una vena que no se resiste.
Se acabó todo. Dentro de ocho días los resultados, visita al médico de cabecera, un par de horitas en la sala de espera y ya está...hasta la próxima.
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Para los que hayan pensado que esto no es una aventura y menos una desventura...Qué piensen en la última vez que tuvieron que hacer esta operación de llenado y rellenado...Me refiero a las mujeres....Y un minuto escaso.
No hay por nuestro mundo un diseñador capaz de inventar un botecito con tapa y a la vez con un rebaje, como las jarras, para que el trasvase sea eficaz, rápido e higiénico?
Olvidan que no todos los pacientes del Sergas son varones.

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Una pequeñez como esta, puede facilitar mucho la vida...De verdad de la buena.
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Antes de despedirnos, vamos a puntuar.
EL PERSONAL DEL CENTRO DE SALUD----Un encanto, le damos un 10
ESTADO DEL BAÑO DEL CITADO CENTRO----8,5
PERICIA AL TOMAR LOS DATOS-------9
HABILIDAD EN LA EXTRACCIÓN------ 10
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Y ahora volvemos a sugerir: Convoquen un concurso de ideas para la renovación de los botecitos.
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Desde Vigo, como siempre, un cordial saludo. Hasta pronto.
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3 comentarios:

Bocaseca woman dijo...

Yo lo he pensado más de una vez... Cuando era pequeñita creo que lo que hacía era hacer pis en un orinal, y luego ya lo pasaba a su recipiente (un vaso estéril, no un tubo).

La verdad es que sí he visto esos tubitos alargados, porque alguna vez se lo han dado a mi padre para hacer el análisis del trabajo, y no me explico como hace el trasvase, jejeje.

Oye, pues recuerdo que existía una especie de embudo que permitía a las mujeres orinar de pie, vete tú a saber.

Y por cierto, permíteme felicitar a tu vecina del quinto, porque conseguir llenar un tubito en esas condiciones (que no sé ni cómo pueden pedírselo) es toda una proeza.

P.D.: Las heces en los tarros de antaño eran muy grotescas xD

Anónimo dijo...

Hace tiempo que no hago esas analíticas, aunque como mínimo tengo que realizarlo dos veces al año, asi que dentro de poco, me toca.
Paso toda la duermevela de la vecina del quinto, y aún asi casi siempre llego en punto, pero me han amargado el argumento. La última vez que acudí al centro de salud me pusieorn una multa con un alegato que no podré recurrir, pero humillante. Estaba aparcada bien, en una calle con dobles filas, a ambos lados y yo pegadita a la acera. Pues no debía haber aparcado ahi. Y en los alrededores dos grúas, una obra , sitio reservado para minusválidos y ambulancias, mas tres garajes...
L

Clara dijo...

Después de unos días con un dolor de pierna decidí pedir vez para el médico de cabecera. Era martes, después de llamar 15 veces alguien decidió atender mi llamada por fin... pido cita, hasta el lunes que viene no hay sitio...me invento que apenas puedo mover la pierna...y me la cambian para el miercoles a las 16.55.

El miercoles a las 16.50 llego a la zona de espera...las 16.55...las 17.00...las 17.30...las 17.55...las 18.00...la medica sale a tomar un café ya que va bien de tiempo...
Le pregunto a la chica de al lado a qué hora tenía cita y me responde que a las 16.30, se me cae el mundo encima por momentos...

Por fin, oigo mi nombre a las 18.20, tras el reconocimiento la médica considera que puedo tener una infección en el ureter y me manda ir a la planta de abajo a que la ATS me haga un análisis...se disculpa por no tener vasos para la orina y me dice que se lo pida a ella.
Bajo a la planta 1, llamo a la puerta de la ATS y le comento la situación, se levanta hacia la vitrina que tiene al fondo de la sala para darme un vaso...y efectivamente me dio un vaso, un vaso de plástico de los que la gente pone en los cumpleaños y fiestas varias...me quedo a cuadros, no solo no tengo ganas de orinar sino que voy a tener que salir de la sala con un vaso de plástico, ir al baño a intentar llenarlo y volver a la sala con el vaso en la mano mientras que todo el mundo se da cuenta del asunto...
Al final conseguí llenarlo a la mitad, y por desgracia si que tenía una infeccion en el uréter... aunque pensando donde tomaron las muestras...