domingo, 18 de julio de 2010

MÁS INCONGRUENCIAS PARA COMENTAR Y LAMENTAR

El día soleado, la Ría pacificamente hermosa. Sobre ella, desde primera hora de la mañana de este domingo, el ruido terrible de los motores de los aviones que dibujan siluetas en el cielo.
Un festival aéreo que no dejó descansar a nadie que despertó al dominguero y hace estremecer a las gaviotas.
Un festival en el que se derrocha el combustible. El carburante está caro, la crisis afecta a los que estamos en tierra...En el aire hasta las nubes se apartan para dejar pasar a los pilotos.
Pero de esta incongruencia ya hemos hablado en otras ocasiones, ahora rec ordamos que el Concello, tan rácano en multiples ocasiones, para esto sí que procura que haya lanzaderas...Así son las cosas.
Eso sí, en la presentación de este año, una vez dejaron ver el abismo entre el Puerto y el Ayuntamiento.
La incongruencia terrible, la que no tiene visos de subsanarse, es la del Sergas.
El servicio de salud, un servicio que no proporciona lentes ni dentaduras, que deja a los ancianos con gafas sin protección y a los que necesitan prótesis completamente desprotegidos.
Ese Sergas sigue con sus interminables listas de espera. Tienen ahí arriba algunos datos del pasado año, la cosa no ha mejorado, al contrario.
Y les voy a dar un apunte de hechos que estremecen, para no inventarnos nada, les copiamos un párrafo de La Voz de Galicia de ayer mismo:
Una joven de Ordes tendrá que esperar hasta el 16 de enero del 2013 para acudir a la consulta del urólogo para el que su médico de cabecera solicitó una consulta preferente. La cita se la dieron en el centro de salud de Ordes el pasado 9 de junio para que acudiera dentro de tres años al Hospital Clínico de Santiago.
La joven acudió con dolores, fiebre, etc.
Mi vecina del 5º B tenía molestias días atrás, necesitaba ir a un traumatólogo, acudió al de su seguro privado tras solicitar cita el día anterior. Le hicieron radiografías durante la propia consulta, le dieron el diagnóstico y el tratamiento.
Pues bien, pidan ustedes cita en el SERGAS para traumatología...y ya verán.
Por eso no entendemos que los seguros privados de salud, ni siquiera desgravan.
Aligeran las listas de espera,y por lo menos podían desgravar como ocurría antes.
También se desgravaba algo con los medicamentos, las gafas y algunas cosas más.
Ahora nada de nada. Aboguemos por una sanidad pública, pero pidamos también algo de coherencia.
Esta bella imagen la ofrecemos para que vean que maravillas hay en Carballiño, creemos que suficientes para visitar el municipio.
Pero si traemos a colación a carballiño al hablar de incongruencias es por esto:

El alcalde de O Carballiño viaja a Alemania para hacer al pulpo «Paul» amigo predilecto del Concello

Le harán entrega además de una réplica de su imagen en la urna adivinatoria que lo hizo popular con el escudo de O Carballiño.

La cosa puede hacer sonreir, pero si lo piensan mejor...en fin, como se dice por esos lares..cando o diaño non ten que facer...




Ahí tienen el resultado de la chanchería de los que practican el botellón. Consumen pero no limpian, y se quedan tan tranquilos.
Pues bien, ya no serán los adolescentes y los jovenzuelos los que hagan botellón, la edad de comenzar sigue bajando, críos pequeñajos ya "botellean" mientras su padres hacen que no se enteran y miran para otro lado.
Lo que ocurre es que ahora los mayorcitos, los treintañeros también se apuntan al botellón.
Con la excusa de las copas caras, todos a molestar al vecino, a manchar a beber sin tino.
Y ya nadie rec uerda cuando los mayores de ahora bebían una copita de vino de Rosal y hablaban comiendo cacahuetes(manises, les llaman aquí) o picaban patatas fritas(patatillas, para los vigueses).
Ahora hay que beber y beber hasta alcanzar ese grado de semizombi y luego ir dejando un reguero de porquería por la ciudad.
Ya no vale salir a pasarlo bien, hay que salir a pasarlo lo más alcoholicamente posible, hasta que no se pueda más.
Y pasados los 30 años. Nada de reuniones en pisos o cafeterías, con una copa que se va estirando mientras se charla, ahora los grandes imitan a los chicos y la ciudad se convierte en un gran bebedero, como una gran charca de calimocho.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué maravilla esa iglesia con su torre que no me canso de admirar.
Qué trabajo y qué arte el de aquellos que nos legaron tantas obras donde la piedra,sobre todo en Galicia,está omnipresente mostrando el tesón y el arte de un pueblo.Me qudo con eso como algo sustancial,porque quienes nos gobiernan andan muy preocupados por su imagen, y la de los pulpos, como se ve ,cuando infinidad de problemas que afectan a la salud de todos quedan relegados a un segundo plano.Y es que los gobernantes y gobernados andamos por senderos distintos y en su ceguera serian capaces de repetir aquello de :"si el pueblo no tiene pan ,que coma pasteles."Pero esto aqui no dará pie a una Revolución.
El pueblo es mansurrón,a excepcion de quienes se oponen con articulos criticos y valientes como los de Séneca.
Saludos. Félix

Anónimo dijo...

Pues solo decir que no es incogruencia lo que se celebro ayer en Samil, Miles y miles de personas, conviviendo, ayudandose, compartiendo y disfrutando, de toda esa maravilla que es Samil, eso jamas sera una incogruencia, poder hacer algo para todos por igual, y ver a todos felices y repitiendo año tras año. Me encantó y el servicio de vitrasa excepcional. Creo que ganamos mucho en calidad de vida, todo puede ser mejor, si, pero todo eso cuesta mucho conseguirlo. conchita

Anónimo dijo...

COMPARTIR, AYUDARSE...?
Tiene eso algo que ver con mirar hacia arriba para ver a unos cuantos desperdiciar litros y litros de combustible?
Seguramente muchos no pudieron verlo bien por no tener dinero para gafas nuevas, ni pudieron tomar un bocadillo en Samil con su dentaduras estropeadas, ni pudieron tomar el Vitrasa por estar esperando consulta de traumatología y soportar dolores en brazos y piernas.
Eso de ver avioncitos será cultura militarista, cultura era poder ver en Castrelos teatro y ballet y no sólo conciertos para taparle la boca a los jovenzuelos y que no protesten.
Y cultura también sería limpiar un poco las calles y no ir a recoger premios inmerecidos.